Generación tras generación, las muñecas han sido mucho más que un simple juego de la infancia. Para los más pequeños, son una forma de conectar emocionalmente su imaginación y el mundo que les rodea, pero también una herramienta educativa y de uso terapéutico.
Aunque puede parecer sorprendente pueden ser usadas tanto para el aprendizaje en clases, como con fines terapéuticos en clínicas y hospitales.
Desde Marina & Pau, como fabricantes artesanos, te contamos para qué sirven en realidad estos juguetes y como poder aplicarlos a diferentes contextos del día a día.
¿Por qué las muñecas sirven para más que jugar?
Cuando observamos a un niño jugar con una muñeca, podemos pensar que simplemente está imitando comportamientos que ha visto. Pero lo que ocurre en ese momento va mucho más allá. Estos juguetes permiten representar situaciones del día a día, experimentar roles y entender relaciones humanas.
Sirven como conexión entre la imaginación y la realidad. A través del juego simbólico, los más pequeños construyen escenarios donde pueden tomar decisiones, resolver conflictos o encontrarse con nuevas situaciones nuevas de forma segura.
Además, su uso no está limitado por género ni edad. Aunque tradicionalmente se hayan asociado más al mundo femenino, cada vez son más los entornos educativos y familiares que promueven un uso libre de estereotipos.
Muñecas como herramienta educativa
Aunque puede pasar desapercibido, en contextos educativos, las muñecas tienen un papel muy importante. Favorecen la concentración, el lenguaje, la empatía y la coordinación.
En un aula, por ejemplo, una de estas figuras puede ser parte de una actividad donde se trabaje el vocabulario, la expresión oral o incluso valores como el respeto y la diversidad.
También son muy útiles para introducir rutinas. Usar una muñeca para mostrar cómo cepillarse los dientes, vestirse o prepararse para ir al colegio puede hacer que el aprendizaje sea más cercano y menos impositivo. Los niños entienden mejor cuando se sienten implicados, y estos juguetes generan ese tipo de conexiones.
Además, en los más pequeños, ayudan a reforzar habilidades motoras. Vestirlas, peinarlas o alimentarlas requiere coordinación. Todo esto ocurre mientras el niño se divierte, lo cual es uno de los grandes logros de las actividades pedagógicas.
La importancia de las muñecas de uso terapéutico
Más allá del aula, las muñecas han demostrado ser un recurso fundamental en entornos terapéuticos. Psicólogos, pedagogos y terapeutas ocupacionales las utilizan para acompañar procesos emocionales complejos, especialmente en la infancia.
Por ejemplo, en terapias para niños que han vivido experiencias difíciles, les permiten expresar aquello que no siempre se puede decir con palabras.
También las hay diseñadas específicamente con fines terapéuticos, como las que se emplean en personas con Alzheimer o demencia. En estos casos, su uso ayuda a reducir la ansiedad, fomenta la calma y estimula la memoria afectiva.
Beneficios de jugar con muñecas
El juego con muñecas ofrece una gran variedad de beneficios, muchos de ellos ligados al desarrollo emocional y social del niño.
- Fortalece la empatía: cuando cuidan a sus muñecas, las abrazan o las consuelan, están ensayando formas de relacionarse con los demás.
- Fomenta la creatividad: crear historias, imaginar situaciones y construir escenarios alrededor de ellas impulsa la capacidad de inventar, de crear sin límites. Este tipo de juego, además, no necesita pantallas ni instrucciones, lo que favorece la autonomía y la autorregulación.
- Desarrollo del lenguaje: invitan a hablar, a poner palabras a las acciones, a narrar lo que ocurre. Esto enriquece el vocabulario de los más pequeñas especialmente en las etapas donde el lenguaje está en plena formación.
- Gestión emocional: al identificarla como alguien a quien cuidar, los niños canalizan su propia necesidad de atención y afecto. Muchas veces, lo que expresan hacia ella es un reflejo de lo que sienten o necesitan en ese momento.
Consejos para elegir tus muñecas
A la hora de elegir una muñeca, hay que pensar más allá de la estética. Lo importante no es solo que sea bonita, sino que conecte con quien la va a recibir.
Debe invitar al juego libre, sin condicionar demasiado la historia. Las que son muy rígidas o con demasiados accesorios pueden limitar la imaginación. En cambio, aquellas con formas sencillas y materiales más agradables suelen convertirse en las favoritas, porque se adaptan a diferentes juegos y momentos.
No hay que olvidarse de la importancia de elegir aquellas que representen la diversidad. Que muestren distintos tonos de piel, tipos de cuerpo o estilos de vida ayuda a construir una mirada más inclusiva desde la infancia. Ver reflejada su realidad o la de otros en una muñeca puede ser muy valioso para cualquier niño.